martes, agosto 23, 2011

Nicknames

Siempre, o casi siempre, he sido "Boigen" en Internet. ¿De dónde salió? He contado esta historia muchas veces, porque siempre me la preguntan:

Leía yo "Peer Gynt" de Enrique Ibsen, traducción artesanal cortesía de Porrúa Records, vagalísimo año remoto, en los noventas, yo estaba en la secundaria, y ese verano largo, de esos larguísimos veranos ultra calurosos, estaba aburrido, deprimido, devastado por la adolescencia, escribía un diario en las noches, practicaba para mis lecciones de guitarra, e iba aproximadamente por el acto III de dicha obra, donde salía un personaje al encuentro de Peer (Pedro), perdido en un bosque de las montañas, en la oscuridad de la noche. En las tinieblas, Peer escuchaba movimientos, y una voz que susurraba, a la que preguntó con miedo, ¿quién eres?, y aquel respondió: "Soy Boigen". Aquí había una nota del traductor que explicaba que en las leyendas de los pueblos escandinavos, "boigen" o "böyg" era un espíritu que sólo vivía de noche y devoraba a la gente que quedaba perdida. Únicamente las campanas de las iglesias podían ahuyentarlo, y por eso, cuando algún campesino no volvía a casa de noche, su familia se apresuraba a sonarlas. "Boigen", además, significa el torcido, el raro, el oculto, según dicha nota. En alemán, el verbo "beugen" es en su significado más básico doblar o torcer, aunque yo siempre he pronunciado la G de Boigen como una J.

Años después me entero que es también un apellido, nada común, pero varia gente de apellido "Boigen", argentinos, sobre todo, me han contactado por Facebook, en cuyas líneas los leo desesperados por encontrar un pariente para comprobar su origen alemán y obtener un pasaporte. No me extraña en los tiempos que corren, y otra razón no encuentro a tan desesperados e-mails que me han llegado, y que yo para no decepcionar, mejor no respondo.

Mi psiquiatra, más loca que yo, decía que yo había escogido dicho nickname como un símbolo de mi personalidad huidiza, anti-social y secreta que mantenía por las noches. Y es cierto, en esa época yo solo vivía de noche, y lo de anti-social, creo que siempre fue una exageración por su afán de convertirme en un chico pop heterosexual, cosa que nunca logró, por obra y gracia de la Virgen.

Pero otros nicknames también llegué a utilizar, recuerdo uno de ellos, BlackSwan, no sé de dónde lo saqué, y otro fue KillerBee, de una línea de una canción de The Cure. Si me adivinan cuál sin googlear primero, serán mis estrellas favoritas.


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24.8.11

by H. B.


domingo, agosto 21, 2011

Collage de personalidades

No me queda duda de que cada persona es un collage de otras personalidades, que no sé hasta qué punto se herede genéticamente. Dice mi madre que mi parte sarcástica, burlona y chistosa la saqué de mi bisabuela, que murió a los 99 años entre carcajadas e ironías. No es mentira, el día de su muerte empezó a ver a sus fallecidos, a pelearse y reírse con ellos, como si de pronto en su cabeza hubiera habido un rewind. Por otro lado, mi lado irritable que se enciende como pólvora con la imbecilidad del mundo cuando no se puede reír, es igualito a mi abuelo paterno pero en versión softcore, porque mi abuelo, ese hombre de 1.85 con brazos y pecho de godzilla, sacaba la pistola.

Lo que no sé es de dónde exactamente me salió mi lado melancólico.


martes, agosto 16, 2011

La Búsqueda del Gimnasio de la Muerte

I. Inicio

Ay, cuánto los he extrañado, perdido en los lamentables, grises y malsanos pantanos del norte de Europa, mas uno nunca olvida su lugar de origen. Un poco harto del esteticismo de mi tumblr, pero a la vez decidido a mantener mi blog paralelo con textos un poco más cuidados --y menos guarros--, pero sin deseos de sacar de la cápsula del olvido al viejísimo blog Beach Mover (2004-2010) por tener una cantidad de contenido tal como para llevarme a la Corte, y después de pasar por varias horas terribles de bloqueo de escritor (ph.D. thesis writing feeling), esta noche, después de una caminata por el centro de esta marrana ciudad y una cerveza negra como la tarántula de Carmen Salinas, pensé que era necesario abrir este nuevo espacio al que he titulado "Crónicas Marranas", rememorando el viejo título de Ray Bradbury, lectura indispensable de los adolescentes que alguna vez fuimos, donde pudiera expresarme con mi habitual tono. Hasta aquí mi bienvenida.

II. El gimnasio de las locas o la putería de todos los días

No es de nadie secreto de que esta es la ciudad más gay de Alemania, y si eres hombre y vives aquí eres gay en automático hasta que no demuestres lo contrario. Siempre pensé que era una exageración de los medios, pero no: varios de mis alumnos se hicieron cargo de hacerme saber de sus preferencias en sus respectivas tareas, en una de las cuales me contaban una anécdota de desamor que terminé pensando si estos cabrones me habían tomado ya por la Silvia Pinal de las jotas. Qué decirles de las que estudian en la Escuela Superior de Deporte, expertas en lanzamiento de bala, jabalina y salto con garrocha, más mamadas que Mike Tyson y con voz de refrigerador Bosch descongelándose. Se puede ligar colgando la ropa en el sótano, esperando el metro, levantando un centavo del suelo, en la cola del supermercado (con el cajero, o la cajera, o con ambos) y por supuesto, tirando el jabón en la regadera del gym. A todo esto tengo que decir, que todos los gimnasios del Planeta Tierra son un pozo de homosexualidad excepto en un sitio: en Bonn. Pero en Monterrey, y el D.F. y Berlín, e incluso en San Juan de las Burros, lo es, y Colonia por supuesto que no es la excepción, pero joer, al gimnasio al que vine a caer era una jaula de pajarracas, un nido de musculocas entrenando junto a señoras de la novena edad, bugas despistados (o pendejos) y las clásicas niñas fresas que lo único que hacen es dar brinquitos en un aparatos que solo sirven para romperles el himen pero que están en un gimnasio lleno de gays porque nadie, nadie las va a molestar.

Cuando le pregunté a la dueña del sitio, una mujer muy parecida a Moria Casán, si tal vez me convendría quedarme en ese lugar porque temía que por la ausencia de ciertos aparatos el entrenamiento no fuera el mismo, me contestó casi gritando: "PEEEEEEEERO CLAAAAARO, SI AQUÍ TODOS LOS CHICOS SON COMO TUUU....!!!"

Moria Casán

¿O sea?, ¿qué estás tratando de decirme, bitch?! Pero el mundo siguió su curso, y me quedé ahí, donde por cierto se ve una iglesia románica desde los ventanales.

III. Competencia de estiramiento de llantas

A todo esto, fui a caer a ese sitio por ausencia de una oferta decente para hacer deporte en esta pinche ciudad. Vaya, en un país donde hay 6 meses de invierno, es recomendable tener un sitio para hacerlo y yo en Bonn había entrenado re-agusto en un sitio al que iba incluso un ex-ministro de Finanzas. Antes de ir al ya introducido lugar, había pasado por otro hoyo funky donde entrena Sylvia Reyss, la fisiculturista más famosa de Alemania, así que ya se pueden imaginar la clase de sitio del que estoy hablando:



espejos por todos lados, peste a sudor hasta el infinito, hombres entrenando medio descamisados, pezón de fuera, pelos de luchador de la WWF, una cajera rusa con un alemán pésimo en un brasier mínimo, y un entrenador más o menos guapillo incapaz de usar ropa interior explicándole a un anciano alemán con complejo de Rocky cómo hacer las abdominales. Dicho entrenador, por cierto, cuando me dio los informes me invitó a un evento especial: UNA COMPETENCIA DE ESTIRAMIENTO DE LLANTAS GIGANTES Y COCHES donde el hombre o la mujer más fuertes y mamados se llevarían como premio una dotación de seis meses en BARRILES DE CERVEZA KÖLSCH y sabrá Dios cuántas mamadas que solo el diablo sabe en esteroides, suplementos y tangas.

Podrán ustedes imaginar mi cara, sonriente, tratando de ser amable, y los libros de la biblioteca que llevaba yo bajo el brazo, ante aquello, casi me desmayo del asco.

Pronto más anécdotas al más antiguo estilo königsbergiano


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Köln 17.8.11
by Boigen